Lienzo de Ibiza
“Esfinge blanca, inclinada entre las serpientes que forman las colinas, verdes azuladas”. Así recordaba el artista dadaísta Raoul Hausmann en uno de sus libros las angostas calles de Ibiza, donde vivió de 1933 a 1936.
La Ibiza de ahora puede que diste mucho de la que Hausmann conoció, pero este cuadro guarda todavía entre sus pinceladas esa atmósfera un tanto onírica de la que tantos pensadores y arquitectos se enamoraron. Referentes de la arquitectura moderna como Le Corbusier o Walter Gropius, pensadores como Walter Benjamin… Todos ellos pasearon por sus calles y campos, admirando la belleza de esas sencillas edificaciones y cómo se integraban con el paisaje.
La luz que impacta sobre las paredes encaladas y ciega, el azul rotundo del cielo que se funde con las fachadas, los trazos sobrios y rotundos que parecen querer emular esa vida rural de entonces, austera y un tanto primitiva.
No sabemos quién es Anne, nombre que firma el cuadro. Pero no hay duda de que este cuadro fue creado para levantar el ánimo en un día gris, para sobrellevar el frío y la lluvia, y para ayudarnos en la espera de jornadas más reposadas. Una terapia, la de observar, que de verdad funciona.
Este cuadro forma parte del origen de SABELLAR desde que un verano lo encontramos en un mercado del interior de la isla, y ha pasado los últimos meses inspirándonos para recolectar otros productos de la colección: nuestras camisas antiguas de algodón bordadas a mano, o los próximos bolsos de palma y las espardeñas artesanas.
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