Jarra de La Beata
Las jarras de la Beata forman parte de la historia de nuestra familia desde antes incluso de que nosotros perteneciéramos a ella. En Santa Margalida, un pequeño pueblo del centro de Mallorca, y donde se encuentra s’abellar, se celebran las fiestas en honor a sor Catalina Tomás, siempre el primer domingo de septiembre. Ese día, los payeses y payesas del pueblo salen en procesión -una de las más antiguas de Mallorca- llevando en parejas una jarra de barro como la que tienes frente a ti.
Pero entonces, los "malvados demonios" entran en escena, y roban las jarras a los payeses, para romperlas después delante de la Beata. Se trata de una procesión colorista –atentos a los pantalones de payés o al traje de demonio- y muy popular, que se lleva a cabo desde tiempos inmemoriales. Las jarras que no roban los demonios se llevan a casa y se guardan. Y por eso no hay casa margalidana que no cuente con varias de estas jarras entre su decoración.
El valor de estas jarras de barro rústico no es tanto su técnica o su diseño centenario como su historia. Aunque es cierto que sus formas redondeadas, como de cuerpo de mujer, nos tienen absolutamente enamorados. Sabellar quiere recuperarla –y homenajearla- trayéndola a la decoración del hoy como un objeto absolutamente contemporáneo. Las jarras de Sabellar han sido producidas en el interior de Mallorca, en un taller familiar con más de 150 años de historia.
Medidas: 28 cm. de alto
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